Cómo hacer sangria

Descubre la receta perfecta de sangria

Por qué nos gusta tanto la sangría

Por qué nos gusta tanto la sangría

¿Echas algo de menos del verano? Si, muchas cosas, pero en primer lugar, la sangría, esa bebida de color rojo carmesí que inaugura el verano.

Creo hablar por todo en mundo cuando digo que nos encanta la sangría (llamada así por su color rojo sangre).
Esta deliciosa bebida está elaborada con vino, generalmente tinto; un endulzante, como el azúcar o un almíbar; varios tipos de frutas picadas (cualquier combinación de naranja, limón, lima, melocotón, pera, nectarina, guayaba, manzana, uva, melón, mango, o bayas); licores, como el brandy o vermut; y de vez en cuando soda.

Ingredientes normales y corrientes que, cuando se juntan, forman la bebida más refrescante y deseada del verano.
Pero, ¿Por qué nos gusta tanto la sangría? ¿Qué tiene para ser tan popular en nuestro país, y parte del extranjero?

La sangría nos trae a la mente los días de verano, las risas, las terrazas y los buenos momentos compartidos con los amigos. ¡Viva el verano!

Funcionalmente hablando, es un lubricante social por excelencia. Cualquiera que tome un par de vasos, se vuelve campechano (o muy simpático), esto no quiere decir que se emborrache, pero si que come un punto gracioso que cae bien a todo el mundo, incluso si es el más imbecil del mundo. Esto ya es un buen aliciente.

¿Has visto ya nuestras recetas de sangría? Son fáciles de preparar y muy refrescantes.

Tradicionalmente está contenido en una jarra o recipiente grande con asa para poder compartirlo con varias personas. Esto tiene aceptación social, ya que no es una copa de vino que ponen y listo, tu puedes ir echándote más y al final nadie sabe (ni tu mismo) cuanto te has tomado. ¡Es una bebida que entra sola y que apetece mucho cuando el calor aprieta! Nadie te juzga y tu no juzgas a los demás. Cuando la jarra se acaba, nadie pregunta, se pide otra y ya está.

También les gusta a las personas que no les agrada especialmente el sabor del alcohol o el vino, ya que al estar mezclado con varios ingredientes más, el alcohol pasa mucho más desapercibido.

Además, no hay que pasar por alto la gran carga de frutas que integra, perfecto para cubrir todas nuestras necesidades de fruta que tenemos que tomar al día.
La fruta picada, empapada durante toda la noche en el líquido carmesí, flotan por la superficie, lo que no es raro que eventualmente alguno de esos pedacitos vayan a la boca.

Pero lo que más gusta, sin duda, es su sabor. Espumoso, aromático, refrescante, un poco exótico, y dulce.
A partir de ese sabor podemos hacer diferentes creaciones (no sólo líquidas) en las que la sangría está presente.
Como cuando la preparamos con cava en vez de vino, con frutas diferentes, como el melón, o incluso la rúcula. Si has oído bien, esa hoja que hay en el campo.

Cómo el alcohol no es para todos, también hay una selección de recetas para hacerla sin alcohol, en forma de bizcocho, en sorbetes ¡y hasta en cupcakes!. Diferentes formas de llevar la bebida del aperitivo a la mesa de los postres.

Y aquí, hemos llegado al quid de la cuestión, el punto de partida para los amantes de la bebida más española. Gran parte de su amor, sospecho, realmente fluye de su amor en general por los alimentos o bebidas dulces.

El ser humano es propenso a consumir alimentos dulces porque están asociados con los alimentos ricos en calorías, pero seguro que aunque no fuera tan dulce, nos gustaría igual.

Estas son mis reflexiones de porqué nos gusta tanto, pero seguro que tu tienes las tuyas, ¡compártelas!.