Sangría de vino blanco
El verano es la mejor época para recolectar melocotones ciruelas y cerezas, y por eso también resultan las frutas perfectas para añadir a tu sangría de vino blanco.
Si tienes la oportunidad, utiliza melocotones y ciruelas recogidas directamente del árbol, o bien cómpralos orgánicos. Esto lo recomiendo porque en esta receta vamos a utilizar las frutas con piel incluida, y siempre será mucho mejor si no contienen pesticidas ni herbicidas que puedan poner en peligro nuestra salud.
Dicho esto, tengo que añadir que hacer esta receta de sangría es siempre un placer, ya que allá donde vaya triunfa. Se ha vuelto muy popular en cada comida campestre y barbacoa familiar, y junto con nuestras partidas al parchis, se ha convertido en una tradición muy apreciada.
No es la receta original, ya que he sustituido el vino tinto por uno blanco, que nos apetece más en estos días de calor intenso. También le hago un almíbar casero con agua y azúcar, en vez de añadir el azúcar directamente a la bebida.
El brandy de melocotón le aporta un dulzor muy agradable, y la mezcla de frutas de temporada, tan dulces y jugosas, crea una versión mucho más apetecible y refrescante que la auténtica. A mi por lo menos me gusta más.
Estos ingredientes son para 4-6 personas
- 50 gr de azúcar
- 60 ml de agua
- 1 taza de melocotones en rodajas, con piel incluida
- 1 taza de ciruelas picadas, con piel incluida
- 1 taza de cerezas, picadas y sin hueso
- 120 ml de brandy de melocotón o aguardiente de melocotón
- 1 botella de 750 ml de vino blanco seco, refrigerado
Indicaciones para hacer la receta
En una cazuela pequeña, mezclamos el azúcar con el agua, y lo ponemos a calentar a fuego medio hasta que el azúcar se haya disuelto y se empiece a espesar formando una especie de jarabe, que es el almíbar.
Lavamos las frutas bien, y las picamos. Ponemos las frutas en una jarra de cristal grande y vertemos encima el almíbar hasta cubrirlo todo.
Vertemos el brandy de melocotón y mezclamos todo. Agregamos el vino blanco frío y lo metemos en la nevera para que enfríe hasta que esté listo para servir, idealmente toda la noche para que los sabores se mezclen.
A la hora de servirlo, lo sacamos de la nevera y llenamos la jarra con cubitos de hielo para que aguante bien frío.
Servimos la sangría en vasos individuales añadiendo también la fruta uniformemente.