Sangría azul
Al pensar en un cóctel de verano, automáticamente piensas en vasos decorados con sombrillas, trozos de diferentes frutas y color, mucho color. La sangría es ya de por si una bebida muy colorida, pero si le cambiamos el color rojo carmesí por un azul mar, le damos la vuelta totalmente.
Y os estaréis preguntando ¿una sangría azul? Pues si.
Me encanta entretener a los invitados con una sangría porque me parece una bebida perfecta para el verano. Siempre que me invitan a alguna barbacoa o fiesta al aire libre, llevo una jarra con sangría. Es ideal para tomar en grupo e incorpora deliciosas frutas de temporada.
Esta sangría en especial, tiene una variación que le da ese color azul. La adición de Curaçao azul le aporta un brillante color tropical, que con sólo verlo grita "vacaciones de verano."
Uno de mis consejos como buena anfitriona que soy, es tener una botella de Curaçao azul cerca para poder dar un toque tropical a un montón de cócteles. Su bonito color gusta a todo el mundo y las bebidas quedan perfectas.
Parte unas rodajas de tus cítricos favoritos (limón, lima, naranja, etc.) para complementar el sabor cítrico del Curaçao azul. Las limas son una perfecta opción.
Incluso se puede guardar esta sangría en una jarra en la nevera durante un par de días (sin la gaseosa, que la añadiremos justo antes de servir).
Ten a mano también el paquete de sombrillas de papel, son detalles que añaden un montón de decoración a las bebidas, sobre todo en verano, y es barato y sencillo. Todos los invitados se quedarán impresionados con los cócteles.
Sangría azul tropical
Ingredientes para 6 vasos:
- 12 partes de vino blanco (Pinot Grigio o Sauvignon Blanc)
- 2 partes de licor de Curaçao
- 2 partes de limonada
- 2 partes de almíbar o néctar de agave
- Un chorro de zumo de naranja
- Gaseosa de limón
- Gajos de naranja picados
- Cerezas deshuesadas y partidas por la mitad
- Carambolas
- Cubitos de hielo
Así se hace una sangría azul
Necesitamos tener a mano una jarra grande de cristal limpia y seca.
En ella vamos a verter el vino blanco, el curaçao, la limonada y el néctar de agave (o el almíbar).
Picamos la fruta en cuadraditos (o si nos gusta en trozos más grandes, más grandes) y la agregamos dentro de la mezcla.
Metemos la sangría en la nevera durante todo el tiempo que podamos, (incluso toda la noche).
Cuando la saquemos de la nevera, añadimos el hielo y añadimos un chorrito de gaseosa de limón y de zumo de naranja. Después lo decoramos con trozos de fruta fresca adicional y lo servimos en vasos decorados con sombrillas de papel.